lunes, 10 de mayo de 2010

rechazo

Esto me sucede por intentar salir de la escritura.
Un beso menos, otra carga para el alma.
Miles de corbatas destrozadas.
Miles de labios olvidados.

En la escritura estoy segura, nadie me contradice.
Escribo lo que quiero, no me obligo a robar besos.
No busco, no pretendo, no deseo.
Bueno, sí deseo.
Pero no robo besos.

Cuando escribo no tengo límites.
Escribo para vivir.
Vivo para escribir.
Soy tan egoísta,
que no me quiero morir.

Soy tan imbécil...

La maldad para después, haré café por las mañanas.
Escribiré, en las paredes, las palabras que me enamoraron.
Y mi almohada será piscina por las lágrimas que he derramado.

No me gusta lo que estoy escribiendo.
Adiós.

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